Con 18 años
me saqué el carnet de conducir pero todavía no tenía
coche. Un amigo me invitó a que fuera con él a una discoteca que
estaba en la ciudad más próxima de donde vivíamos. “Vale,
vendré contigo si me dejas conducir hasta allí”.
Tenía un coche nuevo, nuevo y la carretera hasta allí estaba llena
de curvas un poco peligrosillas. Aunque la idea no le gustó
tanto...cedió. Todo el viaje le vi con un poco de miedo y frenando
en su puesto de copiloto....
pero yo pude conducir.¡¡¡BIEN!!!
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