Cuando
mis hijos eran pequeños, teníamos en el jardín un arenero.Les
gustaba jugar en el con cubo,pala y rastrillo.
Una mañana, cuando fueron a jugar me
llamaron.”¡¡¡Mama, mama, ven!!!”.
Salí fuera y los vi: En el arenero
había parido un topo y habían cinco o seis recien nacidos.La madre
topo no estaba,asi que nos volvimos todos dentro de casa y los
dejamos tranquilos para que su madre les viniera a buscar.Al dia
siguiente ya no estaban.Supongo
y espero que vino la madre topo.
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