Con
diez-once años
me gustaba un niño que venía al pueblo algún fin
de semana y en las vacaciones. Los domingos me sentaba en el balcón
para ver si pasaba. Estaba rato y rato allí y a veces.......¡
para nada!.¡Que triste me
ponía!.
Cuando iba con mi familia a misa,
esperaba que él también fuera.
En resumen: que solo sufría por
él.¡Vaya
con los amores platónicos!
Por suerte, cuando fui al instituto, se
me pasó el enamoramiento. Ufffff.
Si, los platónicos son muy exagerados pero lo bueno es que una vez que reflexionas ves lo inútil que es estar pensando "por pensar" y sin ser de verdad, sin ser realidad lo que tienes es una conspiración contra ti mismo.
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