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sábado, 4 de enero de 2014

Con diez-once años me gustaba un niño que venía al pueblo algún fin de semana y en las vacaciones. Los domingos me sentaba en el balcón para ver si pasaba. Estaba rato y rato allí y a veces.......¡ para nada!.¡Que triste me ponía!.
Cuando iba con mi familia a misa, esperaba que él también fuera.
En resumen: que solo sufría por él.¡Vaya con los amores platónicos!
Por suerte, cuando fui al instituto, se me pasó el enamoramiento. Ufffff.

1 comentario:

  1. Si, los platónicos son muy exagerados pero lo bueno es que una vez que reflexionas ves lo inútil que es estar pensando "por pensar" y sin ser de verdad, sin ser realidad lo que tienes es una conspiración contra ti mismo.

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