En
Torreblanca-playa, cerca de nuestra casa, vivía
una familia que tenia vacas. Allí comprábamos cada día la leche.
Mi madre la hervía y luego separaba la nata que se formaba encima.
La guardaba en la nevera y cuando tenía suficiente hacía unas
galletas riquísimas. Sino, nos la daba para comer al momento con un
poco de azúcar encima.¡Que
buena!Ummmmmm.
Claro que me acuerdo, era una nata deliciosa, con sabor a mantequilla y con un gusto agradable. Las Galletas Fornés, que así las llamábamos, eran mejores que cualquier galleta del mundo.
ResponderEliminar