Cuenta
una leyenda india
que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos
grandes vasijas.
Una
de las vasijas era más vieja que la otra, y tenía pequeñas
rajaduras y cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa,
la mitad del agua se perdía. La vasija más joven
estaba siempre muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad
de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido
creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir
apenas la mitad de su tarea.
Estaba
tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para
sacar agua del pozo, decidió hablar con él:
-Quiero
pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso, sólo consigues
entregar la mitad de mi carga, y saciar la mitad de la sed que espera
en tu casa.
El
hombre sonrió y le dijo:
-Cuando
regresemos, por favor observa cuidadosamente el camino.
Así
lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba, crecían
muchas flores y plantas.
-¿Ves
como la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres?
–comentó el hombre-. Siempre supe que tú tenías rajaduras, y
resolví aprovechar este hecho. Sembré verduras y flores, y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas para
adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas.
Si tú no fueras como eres, ¿cómo podría haberlo hecho?
"Todos
nosotros, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras
cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas
cualidades para obtener un buen resultado".
(
Paulo Coelho)
Por supuesto que todos tenemos nuestro papel, nuestro lugar. Nadie es más que otro, enseñemos a respetar, antes el anciano tenia el sitio de honor! ahora es relegado a los asilos-......
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