En el espigón había una piedra de la que saltábamos al mar como si fuera un trampolín. Casi nos cubría pero.... solo casi. Llegábamos con las puntas de los pies y nos sentíamos los grandes nadadores.
Este
espigón daba para mucho mas que para saltar de “la piedra
plana”,como nosotros la habíamos bautizado.
Picando
con piedras puntiagudas cogíamos las lapas que estaban enganchadas
en las rocas y con “gamberos” pescábamos gambas pequeñitas.
¡Ademas
una que otra herida también nos hacíamos al saltar de una roca a
otra!.
Era
un”espigón multi-funcional”.
Éramos como náufragos con aventuras! éramos felices con todo!! no teníamos ningún problema!!! TIEMPOS QUE TIENEN QUE SERVIRNOS PARA SER MEJORES, y apreciar todo lo que tenemos. Un beso hermanita que nos haces recordar...
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