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sábado, 25 de mayo de 2013

Doña Pepita


Cuando hice primaria, mi maestra se llamaba Doña Pepita. Yo tenía la costumbre-manía de arrancar la hoja cuando algo me salía mal. Claro, después de poco mi libreta se componía solo de un par de hojas. Una vez, como escarmiento, Doña Pepita me colgó un letrero en la espalda que decía: “no arrancaré más hojas de mi libreta". Lloré y me enfadé, pero después de un rato se me olvidó que llevaba el letrero. Mi maestra me mandó a la clase de los chicos para llevar unos papeles al maestro. Y yo, tan contenta por ser la elegida, allí que me fui. Entré en la clase. Me dirigí a la mesa del maestro. Y …..¡Que vergüenza pasé cuando todos empezaron a reir y me dí cuenta del porque!Si después de esta experiencia dejé de arrancar hojas, no lo sé.

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