Un
matrimonio bautizó con la palabra “increíble” a su hijo, porque
tenían la certeza que haría cosas increíbles a lo largo de su
vida.
Lo
cierto es que “increíble” tuvo una vida equilibrada y tranquila.
Se casó y fue fiel a su esposa durante sesenta años.
Los
amigos le hacían bromas porque su estilo de vida no concidía con su
nombre.
Justo
antes de morir,Increíble le pidió a su esposa que no pusiera su
nombre en la lápida, para evitar cualquier tipo de bromas.
Así
que cuando murió su esposa puso en la lápida:”Aquí yace un
hombre que le fue fiel a su esposa durante sesenta años”.
Cuando
la gente pasaba por ese lugar del cementerio,leían la placa y
decían:¡”increíble”!
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