A
Torrenostra vinieron dos años seguidos un
regimiento de militares a hacer sus maniobras. Los altos
mandos se alojaron en nuestros bungalows y los soldados en tiendas de
campaña. Por suerte coincidía que teníamos vacaciones y podíamos ayudar a mis padres.¡Mis dos
hermanas
y yo eramos el centro de mira de cientos de soldados!.
Por las mañanas, muy temprano aparecían en masa para tomar su café
y un bocadillo(el rancho no les gustaba tanto).Mi tía, la cuentacuentos, era la especialista en hacer los bocadillos y el mas
demandado era el de tortilla de patatas. Los fines de semana nos
llovían las invitaciones para ir al baile del pueblo.
¡Estuvo bien!
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