Cuando
mis hijos eran pequeños se desearon un perro.
Primero yo no quería:mas obligaciones, tanto trabajo y mas
responsabilidad. Pero me llevaron al criador de estos perros y me
enamoré de la bolita blanca y negra que era Yeti.
Así le pusieron los criadores y así se quedó con este
nombre. Lo llevamos a casa con cuatro meses. El primer día lo
pusimos con su camita en el pasillo pero lloraba y lloraba. Entonces
lo llevamos al lado de nuestra cama y.....¡que
cosas!se quedó dormido al instante y hasta la mañana
siguiente no oímos mas de él. Así que se quedó en nuestra
habitación hasta que fue “mayor”.Nunca nos destrozó nada.
Cuando salíamos de compras lo dejábamos cerca de nuestros zapatos y
la radio puesta. Allí estaba cuando volvíamos. Le encantaba ir a
pasear al bosque con toda la familia(somos seis).Si uno de mis hijos
se separaba demasiado del grupo iba el corriendo y se ponía a su
lado(como con las ovejas).Era una raza de perro pastor,exactamente
un PON, y lo debía
llevar en los genes(o por lo menos eso creíamos nosotros).Nuestro
jardín no tenía valla pero él sabía exactamente hasta donde podía
ir y no salía si no era con nosotros. ¡Listísimo!.Estuvo
con nosotros hasta que murió con 14 años. Todos lloramos. Era
uno más de la familia.
Los perros te ayudan a estar contento, cuando mueven el rabo y se alegran de ir a pasear. Los perros son terapeúticos cuando se les lleva a los asilos de ancianos (pobrecitos). Y ellos se entretienen viéndoles pasear y mover las orejas hacia arriba, atentos.
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